¿Qué consideras como felicidad? ¿un sentimiento que persigues pero nunca puedes atrapar? La verdad es que se trata de un estado mental, una sensación de realización y satisfacción en la ida. Este sentimiento ya está ahí, debajo de tantas otras emociones y pensamientos y no es tan difícil de alcanzar. En esta ocasión te enseñaré la gran relación que existe entre la meditación y felicidad y puedas cambiar tu vida.
¿Qué es la meditación de la felicidad?
Hay muchas razones para meditar, y la felicidad puede ser una de ellas. Pero alcanzar la alegría y la sensación de satisfacción no es exactamente esa felicidad explosiva y una gran sonrisa. Es más bien una conexión dentro de nosotros, algo que nos lleva a una sensación de satisfacción y felicidad dentro de nuestra mente.
En el momento que comenzamos a practicar la meditación de la felicidad, creamos las condiciones necesarias para experimentar un estado mental feliz. Para esto nos apoyamos en 4 elementos esenciales de la felicidad, que son empatía, bondad, equilibrio interior y alegría. Cuando mezclamos cada uno de estos elementos en nuestro día a día, podemos ser felices.
El miedo a ser felices
En algún momento todos hemos tenido que luchar contra la ansiedad o la depresión, o incluso a un sentimiento de miedo a ser feliz. Esto es más común de lo que se cree, y puede manifestarse de distintas formas dependiendo de la persona. Pero por lo general ocurre de tres formas distintas:
– Hay personas condicionadas a estar preocupadas o sentirse incómodas si no están constantemente preocupados.
– Otros pueden sentir incomodidad o que algo está mal cuando se sienten relajados o simplemente están perezosos.
– Temor a la felicidad por creer que algo malo pasará de forma inevitable.
Si te identificas con alguna de estas categorías no te preocupes, a través de la neuroplasticidad puedes reprogramar tu cerebro. Aquí es donde empiezas a encontrar una relación entre la meditación y felicidad, ayudándote a sentirte más cómodo a través de la práctica.
¿Cómo meditar para ser feliz?
Primero debes buscar un lugar donde te sientas cómodo, bien sea en una silla o en el piso. Puedes cerrar los ojos y mantenerlos solo un poco abiertos para estar consciente de todo lo que te rodea. Luego viene la parte más importante, inhalar por la nariz y exhalar por la boca. Debes cerrar los ojos mientras lo haces, así tu respiración puede volver a su ritmo natural a través de la nariz.
Mientras estás quieto hazte una exploración de pies a cabeza, ¿cómo te sientes?, ¿aún ansioso? Mientras tu consciencia se enfoca en la respiración, es momento de usar la imaginación. Debes visualizar una especie de mancha de luz en tu pecho.
Esta parte es muy importante, esta luz representa el sentimiento de felicidad y satisfacción y debes expandirla a todos lados. Mientras se mueve a través de tu cuerpo empiezas a sentir tranquilidad, incluso te sientes más ligero.
Luego de un tiempo, el que necesites, puedes volver a abrir los ojos y estar consciente de todo lo que te rodea, tanto visualmente como los olores. ¿Te sientes más alegre? Entonces aférrate a ese sentimiento, pero si aún no sientes nada no te preocupes. Es normal no sentir nada la primera vez, no debes frustrarte, solo necesitas seguir practicando y lo lograrás.
La meditación y felicidad aumenta con la práctica diaria
Puede resultar difícil aferrarte a la felicidad por tu cuenta. Pero si practicas diariamente la meditación y felicidad puede dar grandes resultados en poco tiempo. En un par de semanas podrías sentirte completamente diferente, con otra perspectiva sobre la vida, más relajado y más feliz.
Si te cuesta concentrarte o meditar por ti mismo hay muchas opciones para facilitarlo. Puedes buscar meditaciones guiadas, hay miles en internet o incluso apps que te ayudarán. O por supuesto, puedes buscar ayuda de un profesor de meditación.